JALARTE

JALARTE A.I.

Jalarte A.I. (Jalisco Arte Asociación irregular) fue un colectivo de artistas conformado por Fernando Palomar, Omar Guerra, Rodrigo Aldana, Lourdes Méndez, Francisco Balzaretti, Daniel Navarro, Alejandro Ramírez y Ernesto Ramírez que estuvieron en activo de 1997 al 1998 en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, México.

Subversión sin revolución

Jalarte A.I. es un juego de palabras y la explosión de una carcajada ocurrente. Jalarte A.I. es una cruzada contra los lenguajes y los espacios formales de la expresión artística… Jalarte A.I. es la expresión del tedio, en el fin del milenio.
Jalarte A.I. es un lugar de resistencia y es un chiste. Jalarte A.I. está a un paso de ser una tomada de pelo, una jalada, sin embargo, en esa pequeña distancia, sin embargo, en esa pequeña distancia, sus sus integrantes ejercitan relajadamente la sátira y el nihilismo como estrategia de ataque (y de defensa) creativa contra lo establecido y la “respetabilidad” que lo autoriza.
En sus piezas conceptuales Jalarte mantiene siempre una postura agresiva y, a la vez, banal. Los activistas de jalarte no pretenden romper con lo establecido a través de una batalla frontal o contestataria, por el contrario, su labor consiste en una práctica más fina: la deconstrucción (que no es destrucción) de las estructuras conceptuales de los saberes que actualmente oficializan a los espacios de expresión y de comunicación artística, en particular, dentro de la ciudad de Guadalajara. Batiéndose contra el prejuicio de “lo provinciano”, a la vez que contra los viejos espejos de las tradiciones tapatías, desarmándolos a través de la burla, Jalarte ha abierto nuevas formas de ver y pensar, dentro de su ciudad.
Los eventos de Jalarte se llevaron a cabo entre mayo de 1997 y mayo de 1998, en locales de tiendas en desuso, hasta en unas oficinas amuebladas en las cuales han producido, unos cuantos meses antes la campaña política que llevó al PAN al poder en Jalisco. En estas oficinas se desarrolló toda la segunda etapa de los trabajos de Jalarte. Una vez “instalados” en ellas, cada uno en su oficina y con un puesto administrativo a sus cargo, fundaron el NAP: su activismo nihilista y de constructor.
En el rincón más lejano de la construcción, en una bodega de 3.90 x 2.40 metros, abrieron una galería en donde presentaron secuencialmente el trabajo de 14 artistas invitados; el resto de la casa siguió funcionando como sus oficinas, con todo y una secretaria con minifalda, encargada de escribir a maquina todo lo que ahí sucedía.
Instalados en esas oficinas, diseñadas y equipadas para responder práctica y eficientemente a las necesidades de una campaña política, símbolo de los standards de utilidad y de productividad, los miembros de Jalarte las pusieron en marcha deconstructivamente, descuadrando su aspecto, sus normas, sus horarios y sus visitas, hasta ponerlas de cabeza, y hacerlas perder su sentido de uso. En muchos casos Jalarte toma a la ciudad como su “material de trabajo”; cada presentación de Jalarte es una intervención citadina que lleva a una lectura subvertida del contexto social. En la caminata del Nap al pan sobre Vidrio, por ejemplo, hay una clara deconstrucción transtextual, “Vidrio” es el nombre de la calle que conduce del NAP al PAN sus miembros la caminaron descalzos.
En Agosto de 197 los miembros de Jalarte convocaron a la inauguración de “Querer ver y no ver”, una exposición sorpresivamente sin “obras de arte”; solo las invitaciones, las paredes blancas, el coctel y los espectadores estaban ahí. ¿Una estafa?… Ante esto algunas personas se indignaron, pero otras se mostraron encantadas. La falta de obra expuesta ponía en evidencia pública al público contemporáneo: ¿Hoy en día quien va a la inauguraciones para ver la obra?, ¿no se han vuelto éstas una pasarela de modas, un desfile de vanidades?. Jalarte se deleitó en ello, sin culpas.
Irreverentes e incomprendido, los miembros de Jalarte son la imagen posmoderna del dandy de Baudelaire: el hombre que convierte su propia vida en su propia obra de arte: yo soy el arte, lo que hago, lo que digo y hasta lo que cago. Jalarte es arte porque es una forma de ver, porque es subjetivo, porque no es útil ni utilitario, porque guarda su distancia, porque opina, porque expresa y porque cuestiona.
Jalarte A.I. es una asociación de palabras, y es una asociación de artistas que mantienen una postura inasible ante lo establecido. El poder siempre procura reintegrar todo discurso de oposición a su sistema, en el caso del arte, a través de la moda y de la industria del entretenimiento, ¿Cómo resistirlo? Y a la vez, ¿Cómo Mellarlo? ¿Cómo marcarle la rayita, la diferencia?: volviéndose ubicuo, inaprehensible, incomprensible, pero molesto y cuestionante: irregular.

Extracto del texto que escribió Itala Shmelz para el catalogo Jalarte A.I. editado para séptima edición de Expoarte Guadalajara y Fitac en Guadalajara en 1998.

William? Wake up from that nap

En enero de 1997, un grupo de personas acordó dirigir una petición escrita al secretario de cultura de Jalisco, requiriéndole facilitara un espacio público, para llevar a cabo una serie de exposiciones. El local en cuestión tenía más de un año en el completo abandono, totalmente alejado de su vocación. El plan estatal de desarrollo dispone en lo concerniente a la política cultural, apoyar a los creadores de las disciplinas artísticas, redimensionar el uso y promoción de los espacios culturales, facilitar la integración y la colaboración entre personas e instituciones, más como se probó de manera empírica, de buenas intensiones esta empedrado el camino al infierno.
No hubo respuesta. Solo una audiencia informal con uno de los subalternos del secretario, un oscuro burócrata que después de insinuar a los peticionarios que el lugar que solicitaban era de mucha importancia y que era demasiado para lo que ellos querían presentar. Ante un entorno hostil que las autoridades se encargaron de proveer a este grupo de tapatíos.
El grupo Jalarte fue empujado por las circunstancias a la formación de una facción: era la capacidad de adaptación lo que movía el animo de estos sujetos. Es importante resaltar que lo que en un principio fue ignominioso, y motivó las acciones de Jalarte al margen de los mal administrados espacios públicos, propició que de alguna manera, la posibilidad de legitimar dichas acciones con un discurso basado más en la diversión que en la critica, incluyendo paradójicamente la de crear su propio y divertido establishment, irreverente y contestatario ante aquel en el cual se inspiró.
La diversión fue lo que la asociación irregular Jalarte inicialmente se propuso procurar a los miembros de la misma y a sus allegados. La diversión fue el señuelo del que se hizo Jalarte para atraer a su público. Además de la acepción eminentemente recreacional de este término, también puede ser entendido como una operación militar para alejar al enemigo de un punto. Ambas definiciones aplican para el caso.
Tentativamente podemos decir que Jalarte cumplió –aud cautelam- por su cuenta con el plan estatal de desarrollo, al menos en los puntos culturales.
William? Wake up from that nap.

Extracto del Prologo escrito por José Dau para el catalogo Jalarte A.I. editado para séptima edición de Expoarte Guadalajara y Fitac en Guadalajara en 1998.

 

JALARTE A.I.

Jalarte A.I. (Jalisco Arte Irregular Association) was a collective of artists made up of Fernando Palomar, Omar Guerra, Rodrigo Aldana, Lourdes Méndez, Francisco Balzaretti, Daniel Navarro, Alejandro Ramírez and Ernesto Ramírez who were active from 1997 to 1998 in the city of Guadalajara, Jalisco Mexico.

Subversion without revolution

Jalarte A.I. it’s a play on words and a witty burst of laughter. pull you A.I. is a crusade against the languages and formal spaces of artistic expression… Jalarte A.I. it is the expression of tedium, at the end of the millennium.
Jalarte A.I. it is a place of resistance and it is a joke. Jalarte A.I. is one step away from being a joke, a pull, however, in that short distance, however, in that short distance, its members relaxedly exercise satire and nihilism as a creative attack (and defense) strategy against what is established and the “respectability” that authorizes it.
In his conceptual pieces, Jalarte always maintains an aggressive and, at the same time, banal posture. The activists of jalarte do not intend to break with the established through a frontal or rebellious battle, on the contrary, their work consists of a finer practice: the deconstruction (which is not destruction) of the conceptual structures of the knowledge that they currently make official. to the spaces of expression and artistic communication, in particular, within the city of Guadalajara. Fighting against the prejudice of «the provincial», as well as against the old mirrors of the Guadalajara traditions, disarming them through ridicule, Jalarte has opened new ways of seeing and thinking, within his city.
The Jalarte events took place between May 1997 and May 1998, in disused store premises, even in furnished offices in which they had produced, a few months earlier, the political campaign that brought the PAN to power in Jalisco. . The entire second stage of Jalarte’s work was developed in these offices. Once “installed” in them, each one in their office and with an administrative position in their charge, they founded the NAP: their nihilist and constructor activism.
In the farthest corner of the building, in a 3.90 x 2.40 meter warehouse, they opened a gallery where they sequentially presented the work of 14 guest artists; the rest of the house continued to function as his offices, with everything and a secretary in a miniskirt, in charge of typing everything that happened there.

Installed in these offices, designed and equipped to respond practically and efficiently to the needs of a political campaign, a symbol of the standards of usefulness and productivity, the members of Jalarte set them in motion deconstructively, disarranging their appearance, their rules, their schedules. and their visits, until turning them upside down, and making them lose their sense of use. In many cases, Jalarte takes the city as his «work material»; each Jalarte presentation is a city intervention that leads to a subverted reading of the social context. In the walk from the Nap to the pan on Glass, for example, there is a clear transtextual deconstruction, “Glass” is the name of the street that leads from the NAP to the PAN, its members walked barefoot.
In August 197, the members of Jalarte called for the opening of “Want to see and not see”, an exhibition surprisingly without “works of art”; only the invitations, the white walls, the cocktail and the spectators were there. A scam?… At this some people were outraged, but others were delighted. The lack of exhibited work exposed the public to the contemporary public: nowadays, who goes to the inaugurations to see the work? Haven’t they become a fashion catwalk, a parade of vanities? Pullarte reveled in it, without guilt.
Irreverent and misunderstood, the members of Jalarte are the postmodern image of Baudelaire’s dandy: the man who turns his own life into his own work of art: I am the art, what I do, what I say and even what I shit. Pulling you is art because it is a way of seeing, because it is subjective, because it is not useful or utilitarian, because it keeps its distance, because it gives an opinion, because it expresses and because it questions.
Jalarte A.I. it is an association of words, and it is an association of artists who maintain an elusive posture before the established. Power always tries to reintegrate all opposition discourse to its system, in the case of art, through fashion and the entertainment industry. How to resist it? And at the same time, how to dent it? How to mark the hairline, the difference?: becoming ubiquitous, elusive, incomprehensible, but annoying and questioning: irregular.

Excerpt from the text written by Itala Shmelz for the Jalarte A.I. edited for the seventh edition of Expoarte Guadalajara and Fitac in Guadalajara in 1998.

William? Wake up from that nap

In January 1997, a group of people agreed to send a written request to the secretary of culture of Jalisco, requesting that he provide a public space to carry out a series of exhibitions. The premises in question had been completely abandoned for more than a year, totally removed from its vocation. The state development plan provides, with regard to cultural policy, to support the creators of artistic disciplines, resize the use and promotion of cultural spaces, facilitate integration and collaboration between people and institutions, more as was proven in a empirical, of good intentions the road to hell is paved.
There was no answer. Just an informal audience with one of the secretary’s subordinates, an obscure bureaucrat who after insinuating to the petitioners that the place they requested was of great importance and that it was too much for what they wanted to present. Faced with a hostile environment that the authorities were in charge of providing to this group of Guadalajara.
The Jalarte group was pushed by circumstances to form a faction: it was the ability to adapt that moved the spirit of these subjects. It is important to highlight that what was initially ignominious, and motivated Jalarte’s actions outside the poorly managed public spaces, somehow led to the possibility of legitimizing said actions with a discourse based more on fun than on criticizes, including paradoxically creating his own amusing establishment, irreverent and rebellious against the one in which he was inspired.
Fun was what the irregular association Jalarte initially set out to provide its members and their relatives. Fun was the lure that Jalarte used to attract his audience. In addition to the eminently recreational meaning of this term, it can also be understood as a military operation to move the enemy away from a point. Both definitions apply to the case.
We can tentatively say that Jalarte complied –aud cautelam- on his own with the state development plan, at least in cultural aspects.
William? Wake up from that nap.

Extract from the Prologue written by José Dau for the Jalarte A.I. edited for the seventh edition of Expoarte Guadalajara and Fitac in Guadalajara in 1998.